Será la enésima vez que los vecinos de la Malvarrosa protesten en la calle por su barrio, exigiendo a las instituciones soluciones reales.
Bajo el eslogan “Por el Derecho a vivir en un barrio digno, habitable y sin la mafia de la droga”, la Associació de Veïns Amics de la mava organiza esta concentración en la Malvarrosa. Será el próximo lunes 7 de octubre a las 19:00h en la Plaza María Carbonell (junto al Centro Municipal de Mayores de la Malvarrosa).
Los vecinos están hartos de los problemas que surgieron hace unos años con fuerza después de casi 20 años en paz. El núcleo de las Casitas Rosas ha vuelto a ser foco de venta de drogas y ello ha traído como consecuencia los problemas derivados de delincuencia e inseguridad ciudadana.
Aún queda mucho por hacer
A principios de año, la principal plaza de las Casitas Rosas, la Plaza de Francisco Eiximeno era reurbanizada y asfaltada para eliminar aquellos puntos susceptibles de esconderse para el trapicheo y consumo de drogas, pero esta actuación no ha resulto los problemas derivados de la venta de drogas.
Catalá anuncia una “intervención social” en las Casitas Rosas
Hace unas semanas, este mismo diario denunciaba cómo los vecinos cercanos a la Avenida dels Tarongers y la Calle Doctor Lluch se quejaban de jeringuillas y toxicómanos en sus solares, y de la problemática de las personas que iban a por su dosis diaria de estupefacientes a las Casitas Rosas.
Los vecinos del Cabanyal denuncian jeringuillas y toxicómanos en el Jardín del Doctor Lluch
La falta de seguridad ciudadana es patente y atemoriza a los vecinos, con hurtos, robos, casi todos efectuados por personas consumidoras de droga que necesitan dinero fácil para su dosis diaria. Son enfermos, pero delinquen diariamente para conseguir dinero.
El problema no es sólo policial, que se necesita más presencia en la zona, sino también social, actuando directamente con los servicios sociales y ofreciendo alternativas a estas personas para salir de este mundo de la droga y la delincuencia. Pero también las autoridades policiales han de perseguir al que trafica y juega con la vida de estas personas.
Un problema recurrente, el de las Casitas Rosas, que tiene difícil solución, pero el barrio de la malvarrosa necesita mimos y ver la luz al final del túnel.
Los problemas se unen a la falta de infraestructuras y a unos servicios sociales colapsados
Es el caldo de cultivo necesario, los problemas de la droga que traen consecuencias en forma de inseguridad y delincuencia. Pero se une el colapso de los servicios sociales. Una primera cita en la Calle Gran Canaria puede tardar de media 3-4 meses con el/la trabajador/a social. Algo impensable si queremos solucionar realmente los problemas de las personas más vulnerables.
Los medios con los que cuentan los servicios sociales son escasos, tanto en recursos como en personal, y este año el presupuesto general para servicios sociales se ha visto reducido al tener que sacar dinero para la Dirección general de la Discapacidad. No se puede desvestir a un santo para vestir a otro, pero Catalá lo ha hecho.
Un barrio que necesita más infraestructuras, nada se sabe del proyecto de la biblioteca y centro cultural largamente reivindicado. No hay fecha prevista en el calendario para el inicio de las obras, por contra sí se ha levantado la infraestructura hotelera. dando origen al cabreo vecinal.
En un barrio especialmente complicado y de una alta vulnerabilidad se ha aperturado de nuevo el Hospital Valencia al Mar para el acogimiento de Menores No Acompañados, más de una treintena, donde se les acoge, da cobijo y comida, pero no se conocen actividades para integrarlos en el barrio, ni clases de español, ni siquiera actividades encaminadas a la búsqueda de empleo o de formación alguna. Una vez más, la casa se empieza por el tejado.