La empresa automovilística paraliza su producción en octubre, sumando varios días festivos y de vacaciones, mientras prepara un nuevo ciclo con la vista puesta en 2027.
La planta de Ford en Almussafes ha iniciado una nueva etapa de paros en su actividad. Desde este viernes 4 de octubre y hasta el día 16, no habrá producción de vehículos en la factoría, lo que marca un período significativo de inactividad para la multinacional automovilística en Valencia. Este escenario se enmarca en la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afecta tanto a la producción de vehículos como de motores.
La planta ha programado cinco días de ERTE a lo largo del mes de octubre. Estos días de paro coinciden con jornadas festivas y de vacaciones, lo que ha generado que la interrupción de la actividad se prolongue por más de una semana. Según lo establecido por la dirección de Ford Almussafes, los días de paro son el 4, 7, 8, 14 y 15 de octubre. Además, el 9 de octubre, Día de la Comunitat Valenciana, es festivo, y el 10 y 11 de octubre están destinados a las vacaciones de los empleados, lo que extiende el periodo sin producción hasta el 16 de octubre.
Impacto en la planta de vehículos y motores
Esta paralización afectará principalmente a la producción del todocamino Kuga, el único vehículo que se fabrica actualmente en la planta de Almussafes. El Kuga se produce en tres versiones: combustible tradicional, híbrido e híbrido enchufable. Pese a la interrupción de la actividad, la producción se reanudará en el futuro cercano para seguir cubriendo la demanda de este modelo.
En cuanto a la planta de motores, la situación será similar, aunque con algunas diferencias. El paro afectará tanto a la sección de montaje como a la de mecanizado. Sin embargo, los días 4 y 14 de octubre no serán días de ERTE completo, ya que la producción en mecanizado seguirá funcionando, mientras que el montaje de motores se detendrá. Así, se mantiene una parte de la actividad en motores, aunque limitada.
En total, el ERTE afecta a entre 700 y 900 empleados de manera diaria, quienes dejarán de trabajar durante los días programados. Este ERTE se ha organizado de manera rotatoria, afectando a un total de 996 trabajadores en la planta, y está previsto que dure hasta el 31 de diciembre de 2024. En este tiempo, los empleados tendrán hasta 25 días de paro total.
La situación de Ford Almussafes en cifras
La planta de Ford en Almussafes atraviesa un momento crucial, marcado por cambios en su estructura productiva y una significativa reducción de su fuerza laboral. Desde 2015, cuando la planta contaba con alrededor de 9.000 empleados, se ha producido una notable disminución de su plantilla. En la actualidad, tras el despido de 626 trabajadores que se está ejecutando, la factoría quedará con aproximadamente 4.000 empleados.
Esta situación refleja el fin de un ciclo productivo para la planta de Almussafes. La dirección de la multinacional ha justificado estos cambios por la transición hacia la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos, lo que supone una reestructuración profunda en la planta valenciana. En este contexto, el Kuga se ha mantenido como el único modelo en producción, mientras la planta se prepara para nuevos proyectos en el futuro.
Uno de esos proyectos clave es la fabricación de un nuevo vehículo multienergía, cuya producción está programada para comenzar en mayo de 2027. Se espera que la planta fabrique 300.000 unidades anuales de este nuevo modelo, lo que marcará una nueva etapa en la historia de Ford Almussafes. Sin embargo, este objetivo queda aún lejos en el horizonte, y la planta tendrá que superar varios retos antes de llegar a esa fase.
Un nuevo ERTE a partir de enero
Uno de los principales retos que Ford Almussafes deberá afrontar es la puesta en marcha de un nuevo ERTE a partir de enero de 2025. Este nuevo expediente de regulación será un “mecanismo singular”, que estará respaldado por el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana. Además, este ERTE estará acompañado de planes de formación para los trabajadores de la planta, con el objetivo de prepararlos para los futuros cambios tecnológicos y productivos que se avecinan.
La formación será clave para que los empleados puedan adaptarse a la transición hacia la producción de vehículos híbridos y eléctricos. Este tipo de cambios no solo afectan a los trabajadores directamente implicados en la línea de producción, sino también a los equipos de ingeniería y diseño, que deberán estar preparados para las nuevas demandas tecnológicas que requiere la fabricación de vehículos multienergía.
En conjunto, este nuevo ERTE forma parte de un plan más amplio de reestructuración de Ford en Almussafes, que busca asegurar la viabilidad de la planta en el contexto de una industria automovilística que está evolucionando rápidamente hacia la electrificación. No obstante, las medidas tomadas hasta ahora han generado incertidumbre entre los empleados, especialmente ante la reducción de la plantilla y la paralización de la actividad durante semanas completas.
Perspectivas futuras
A pesar de las dificultades actuales, Ford Almussafes se mantiene como un pilar clave en la industria automotriz de la Comunitat Valenciana y de España en general. La planta ha sido un referente en la producción de vehículos para Ford en Europa durante décadas, y su adaptación a los cambios en la demanda del mercado será fundamental para su supervivencia a largo plazo.
La transición hacia los vehículos eléctricos y multienergía representa un desafío para Ford Almussafes, pero también una oportunidad. La planta ya ha demostrado su capacidad para adaptarse a cambios tecnológicos en el pasado, y ahora enfrenta la tarea de posicionarse como un centro de producción clave para los vehículos del futuro. Con el anuncio de la producción del nuevo modelo híbrido a partir de 2027, la planta tiene la posibilidad de consolidarse como un referente en la fabricación de vehículos sostenibles.
Sin embargo, la clave para lograrlo será la inversión en tecnología y formación, así como una cuidadosa gestión de los recursos humanos. Los trabajadores de Almussafes deberán adaptarse a las nuevas demandas del mercado y a los cambios en la tecnología de producción, lo que requerirá un esfuerzo conjunto entre la empresa y las autoridades públicas.
El futuro de la planta de Ford en Almussafes está lleno de incógnitas, pero también de oportunidades. La pregunta ahora es: ¿será capaz la planta de reinventarse para seguir siendo competitiva en la industria automovilística global?
¿Qué opinas sobre el futuro de Ford en Almussafes? ¿Crees que la transición hacia la electrificación será suficiente para asegurar su viabilidad a largo plazo?