Un espeleólogo descubrió cinco artefactos explosivos en un paraje remoto de Castellón; la Guardia Civil intervino para desactivarlos ante el peligro que representaban
La historia que aún late bajo el suelo castellonense
En lo profundo del Pla de Mosorro, en Villafranca del Cid (Castellón), la Guerra Civil sigue dejando su huella. Esta vez, no en forma de libros, placas o archivos, sino en una peligrosa realidad que pone en jaque la seguridad actual: cinco proyectiles en avanzado estado de deterioro fueron localizados en una sima de 23 metros de profundidad, vestigios de un conflicto que, casi 90 años después, continúa emergiendo desde las entrañas del terreno.
El hallazgo se produjo de forma fortuita cuando un vecino de Zaragoza, aficionado a la espeleología, descendía a la cavidad durante una expedición. Su decisión de avisar inmediatamente a las autoridades evitó un posible desastre.
Una intervención rápida para neutralizar un peligro latente
La Guardia Civil movilizó a su Equipo de Desactivación de Explosivos (EDEX) y al equipo de rescate de montaña (EREIM) de Onteniente, que, junto a espeleólogos de la Federación Aragonesa, accedieron a la zona montañosa para inspeccionar el hallazgo.
Al llegar a la cavidad, confirmaron la existencia de cinco proyectiles de la época de la Guerra Civil: un mortero Valero de 81 mm, tres proyectiles de artillería de 75 mm y uno de 100 mm. Todos en estado frágil y con alto riesgo de explosión.
Destrucción in situ: una solución segura y controlada
La intervención culminó con la destrucción controlada de los artefactos explosivos directamente en el lugar del hallazgo. Los especialistas establecieron un perímetro de seguridad para proteger tanto a los efectivos como al entorno natural, ejecutando una operación quirúrgica que evitó daños materiales o personales.
Este tipo de destrucción se realiza únicamente cuando el transporte de los proyectiles supondría un riesgo mayor. Por tanto, se aplicaron los protocolos técnicos establecidos para este tipo de situaciones, asegurando la neutralización sin comprometer el equilibrio ecológico del paraje.
Un fenómeno más habitual de lo que se cree
Aunque pueda parecer un caso aislado, la aparición de artefactos de la Guerra Civil sigue siendo relativamente frecuente en zonas montañosas y rurales de la Comunitat Valenciana. La provincia de Castellón, por su geografía accidentada y su importancia estratégica durante el conflicto, concentra numerosos vestigios bélicos ocultos bajo tierra.
Solo en los últimos años, la Guardia Civil ha destruido decenas de artefactos similares en distintos puntos de la región, especialmente en antiguas trincheras, simas, refugios o zonas de combate.
El papel de la ciudadanía ante este tipo de hallazgos
La Guardia Civil insiste en la importancia de no tocar ni manipular estos objetos bajo ningún concepto. El deterioro de los materiales puede convertirlos en extremadamente sensibles a movimientos, golpes o incluso cambios de temperatura.
Ante cualquier hallazgo, lo correcto es alejarse del lugar, señalizarlo si es posible y llamar al 062, permitiendo que los equipos especializados intervengan con total seguridad.
Memoria histórica y seguridad: dos caras de la misma moneda
El caso de Villafranca del Cid pone en evidencia que la memoria histórica no siempre se encuentra en documentos o testimonios orales. A veces, emerge de forma literal del subsuelo, recordándonos que la guerra dejó cicatrices no solo sociales, sino también físicas y potencialmente letales.
La combinación de exploración, turismo rural y actividades al aire libre en entornos que fueron escenarios de guerra obliga a una mayor conciencia y educación ciudadana sobre este tipo de riesgos.