Hoy se cumple un mes de la fatídica fecha del 29 de octubre donde la vida se paró para 800.000 valencianos. Las intensas precipitaciones en cabecera que superaron los 600 litros por metro cuadrado llenaron barrancos, rieras y todo cauce fluvial a su paso.
Los barrancos y cauces fluviales valencianos
Exceptuando los grandes ríos como el Júcar o el Turia, gran parte de los ríos valencianos no tienen absolutamente nada que ver con ríos de Madrid, de Castilla o del resto de España. Son cursos sinuosos, en la que gran parte del año o carecen de agua, estando secos, o la lámina de agua es mínima.
Los cauces fluviales valencianos son muy peligrosos, son relativamente cortos, y desaguan el mar de las montañas hacia el mar de una forma muy rápida. Son cauces que aunque los veamos secos y mansos han producido grandes tragedias a lo largo de nuestra historia.
El botánico Cavanilles en sus anotaciones ya hablaba el Barranco del Poyo y su peligrosidad hace siglos, no hemos inventado absolutamente nada, pero parece que las Confederaciones Hidrográficas, sus responsables, no quieren ver la realidad o desconocen la realidad de los ríos y cauces valencianos, equiparándolos a otros que nada tienen que ver con el sistema fluvial mediterráneo. El mejor ejemplo de ésto es la rambla, pedregosa de material arrastrado y seco gran parte del año y que en pocos minutos aumenta espectacularmente de caudal.
La peligrosidad de la caña común
Por eso es importante mantenerlos limpios de cañas, porque esta especie invasora, en los numerosos puentes hechos desde hace años hacen presa en los pilares, e impide que el agua fluya, aumentando la peligrosidad de la crecida.
Las cañas además, invasoras, se reproducen mediante raizomas, así, cuando tenemos una planta a su alrededor crecerán más y más, extendiéndose, pero cuando hay crecida, las mismas cañas transportadas kilómetros hacen de nueva planta y generan nuevas raizomas que traerán nuevas plantas.
En los cauces deben ser arrancadas, pero además se ha de colocar una tela geotextil durante al menos 18 meses para que no llegue luz ni oxígeno a las raíces aún bajo tierra y así mueran y no se puedan reproducir nuevamente.
Análisis geológico de l’Horta Sur y de l’Albufera
Toda la tierra de l’Horta Sur es parte de tierra de aluvión, de depósitos de limos de miles de años fruto de sedimentación de tierra arrastrada desde las montañas a la planicie o llanura donde se ha depositado. Justo ese concepto es el que hace que esta zona de Huerta sea especialmente fértil.
La Albufera se forma justo cuando en el terreno se allana completamente y se encuentra con una depresión del mismo, que hace que el material fluya hacia ella.
Se forma primero en el mar una zona denominada flecha donde se acumula este material a la vez que se sedimenta el provinente de la marea del mar, formando una albufera, que no es más que una depresión del terreno que encierra un conjunto de agua dulce y que lo separa del mar una estrecha franja de terreno.
Es entonces en esa llanura de terreno que se va depositando durante siglos, quizá milenios donde surge en esa depresión La Albufera, cuya extensión era mucho mayor que la actual, llegando a Ruzafa en Valencia y por el Sur a la montaña de Cullera., por el interior llegaba unos kilómetros más y hoy la conocida Autopista de Silla estaría construída sobre ella.
En esta imagen vemos perfectamente lo que es La Albufera y sus sistema, pero ojo, el futuro de toda albufera es temporal, ya que tienden naturalmente a colmatarse de sedimentos y desaparecer. Quedando como una llanura de inundación. A esta fecha de fin natural hay que añadir que en el siglo pasado se rellenaron miles de hectáreas a su alrededor de forma artificial para crear los campos de arroz, por lo que hoy l’Albufera es un 50% más pequeña de lo que era hace un par de siglos.
La problemática de los barrancos que desaguan en l’Albufera y en el Turia
Todo cambió en la riada de 1.957 donde se desvió de manera artificial el final del Cauce del Turia para evitar futuras inundaciones al Cap i Casal, esto ha hecho a su vez una barrera natural para la propagación de las riadas desde el Barranco del Poyo hacia el Turia, ya que el Barranco del Poyo desbordado iba a buscar su salida natural al mar, de un lado l’Albufera y de otro el Turia, y llegó por Sedaví a desaguar en el nuevo cauce actual. Sólo así se entiende la gran tragedia de la zona de l’Horta Sur, desde Catarroja, Massanassa, Alfafar, Benetússer y Sedaví. Mientras que por el sur por Albal y Beniparrell iba buscando el sur de l’Albufera.
Así, existen estudios de forma de parar la velocidad de las aguas en caso de inundación o gran crecida y se pensó en canales a modo de aliviaderos hacia el nuevo cauce del Turia.
En el barranco de Saleta, en Aldaya existe un proyecto nunca llevado a cabo para realizar canales de alivio, los denominados corredores verdes, un canal rodeado de árboles excavado y realizado artificialmente. El problema, la gran cantidad de tierras de campo a expropiar para el mismo. Esto colisionó con la Ley de protección de la Huerta y por tanto se aparcó el proyecto.
Igualmente existen otros proyectos de interconexión entre los barrancos y aliviaderos artificiales que en caso de gran crecida distribuyan el flujo entre todos los canales.
El coste de esto se estimó hace más de una década en más de 200 millones de euros. Hoy posiblemente supere los 1.000, pero no realizar el proyecto no es una opción, ya que el coste ahora de reparación de daños reparables, porque las vidas humanas no son reemplazables es multimillonario. Los siete proyectos en que se dividió el Plan de hace ahora 20 años nunca se ejecutaron, y se cambiaron varias veces.
Hoy tenemos destrucción
Con las poblaciones de l’Horta Sur construidas en torno a barrancos y en terrenos de llanura de sedimentación hay que formular científicamente soluciones y nuevas restricciones a más construcciones en la zona, con cauces y aliviaderos artificiales que permitan inundaciones controladas.
El riesgo 0 no existe, pero el estado es el responsable de cuidar a sus ciudadanos, y al no ejecutar estas acciones ha puesto en peligro la vida de cientos de miles de valencianos, y ya sabemos sus consecuencias fatales.
Ahora hemos de contratar a expertos y diseñar soluciones reales, no ficticias, y por una parte reconstruir la vida de los ciudadanos y de otra implementar soluciones a futuro para poder garantizar un mínimo de seguridad a los cientos de miles de valencianos que viven en esas zonas, en las que el Estado permitió construir y el Estado cobra impuestos, ahora el Estado ha de responder a sus ciudadanos por su afán recaudatorio a costa del peligro y su total inacción durante décadas, porque esto, antes o después se volverá a producir.
Podemos estar a favor o en contra del cambio climático, pero estas inundaciones son periódicas en el clima mediterráneo, el problema es que ahora con un clima mucho más peligroso debido a ese cambio climático, hemos acelerado el proceso, y lo que antes se producía cada 500 años ahora se produce cada 50 años. da igual como lo llamemos, pero todos debemos estar de acuerdo en acometer cuanto antes las infraestructuras para estar preparados y que las consecuencias no sean tan terribles como las de este año.