El Ajuntament de Cullera no clausura una actividad ilegal ni unas obras no permitidas
Los vecinos de la Urbanización de Cap Blanc denuncian que en la entrada en la antigua caseta de ventas de Hetesa vendida recientemente se ha instalado una especie de lavanderia industrial.
Esta semana pasada la entidad que gestiona la Urbanización tuvo que requerir a la policía Local de Cullera, ya que en la parte trasera de la caseta hexagonal un tubo vertía el agua de las lavadoras con espuma y detergente directamente a la calle, hacia unos escalones que dan a la playa.
Además en el acceso cerrado desde la urbanización a la playa mediante un pasaje por bajo de la carretera, en la misma acera y escalones habían extendido unas cuerdas y estaban secándose sábanas.
Esto sucedía en la misma entrada de la urbanización y a escasos 50 metros de la playa.
Vertidos ilegales
Este vertido de una lavadora directamente a la vía pública junto a la playa puede considerarse incluso como delito ecológico, ya que tiene detergentes y suciedad que puede contaminar la playa. La urbanización que tiene una entidad de conservación tuvo que requerir la presencia de los agentes de la Policía Local, si bien los vecinos aseguran que necesitaron hasta casi 10 llamadas a la policía local para que una patrulla se personara en la zona y comprobara el vertido directo a la vía pública del agua sucia de la lavadora.
Esta es una actividad industrial/comercial y a pesar de que el local es considerado como terciario parece que carece de licencia para ejercer actividad alguna. Según relatan los propios vecinos, los agentes levantaron acta y procedieron a identificar a los responsables y solicitaron eliminaran la tubería a la calle.
Los vecinos han solicitado al Consistorio Municipal conocer si existe solicitud de licencia de actividad. Además de en caso de existir las condiciones de la misma para ejercer una actividad comercial/industrial.
Lo que ha podido comprobar Noticias Ciudadanas es que la caseta hexagonal tiene los techos salientes de madera en un estado de inminente caída sobre la vía pública y que en su interior se están realizando obras, dudando de que exista permiso de obras, porque en Cullera, una ciudad turística la normativa prohíbe las obras entre el 15 de junio y 15 de septiembre.
Cap Blanc y el Ayuntamiento de Cullera, un rosario de desencuentros
Esta urbanización se encuentra enclavada en la zona del Faro de Cullera administrativamente, pero a pesar de que la alcaldesa pedánea asegura que es privada, los viales son propiedad del Consistorio Municipal y son públicos, eso sí, la jardinería y la gestión corresponde a una entidad de conservación. Todo ello porque desde hace 30 años que está construida la urbanización, el Ayuntamiento no la ha recepcionado en esos 30 años a pesar de los múltiples intentos para ello.
Hace unos años la urbanización llegó a demandar al Consistorio Municipal por ello, ganando la demanda y el juez obligó a elaborar un listado de desperfectos al Ayuntamiento que tardó más de un año en realizar.
La pretensión municipal es que se construyesen las infraestructuras previstas en el PGOU a cargo de la urbanización, y que en 30 años no se han hecho, tales como dos tramos de escaleras nuevos y que las aceras sean de un metro de ancho como indica la ordenanza municipal.
La Sentencia Judicial sólo obligaba a la entidad de mantenimiento a ese mantenimiento de la zona y a reparar los desperfectos.
De cumplirse este metro, no sería posible la circulación en dos sentidos por la estrechez de la calle. El Consistorio Municipal exige lo que él mismo no cumple, ya que el verano pasado efectuó una nueva acera en la zona de la Isla de los Pensamientos que mide poco más de 60 centímetros. No es practicable por tanto ni para carritos de bebé ni para sillas de ruedas.
Cap Blanc se une al 90% de urbanizaciones de la localidad que nunca han sido recepcionadas por el Ayuntamiento en una situación de alegalidad permanente y sorprendente y que ningún alcalde ha puesto solución.
Los problemas de Cap Blanc
Esto se suma a que la estar abierta la urbanización, que se encuentra junto a la playa, el escaso aparcamiento no es suficiente y los turistas aparcan en el interior de la urbanización. El problema viene cuando lo hacen en cualquier sitio, impidiendo incluso la circulación algunos días. La urbanización solicitó al Ayuntamiento que en el vial principal se prohibiera en un lado el aparcamiento. Un acuerdo de Pleno lo concedió, pero Cap Blanc tuvo que comprar la señal y colocarla. La misma que ahora dice no reconocer la alcaldesa pedánea, que va más perdida que un pulpo en una feria.
Reiteradas llamadas a la policía local cada verano que no son atendidas, -según los propios vecinos desesperados-, en la mayoría de las ocasiones.
Otro de los problemas es con la entidad Aigües de Cullera ( 51% propiedad del Consistorio Municipal), y que tiene el depósito que abastece a Cap Blanc con una fuga de agua permanente y con problemas de suministro y que se niega a reparar. De nuevo un conflicto porque asegura que el coste de todo ha de recaer entre los propietarios de Cap Blanc, una urbanización con el IBI más alto de Cullera.
A pesar de haber aportado varias soluciones, o Ayuntamiento o Aigües de Cullera se las han tumbado y el problema de la fuga dura ya un par de años, y no es menor.
Todas las urbanizaciones no recepcionadas tienen un rosario de desencuentros con el Consistorio Municipal que no sólo no aporta soluciones para recepcionarlas, sino que cada vez plantea más problemas.